Uruguay se prepara para una nueva etapa en la tributación de multinacionales
El proyecto de Presupuesto Nacional 2025 – 2029 presentado en agosto de 2025 incorpora un cambio tributario de gran relevancia: la implementación del impuesto mínimo global a la renta, a través del denominado “impuesto mínimo complementario doméstico”.
Esta medida, que comenzará a aplicarse desde el 1° de enero de 2027, está dirigida específicamente a grandes corporaciones multinacionales que operan en Uruguay.
Su adopción responde a un acuerdo internacional que establece una tasa mínima efectiva del 15% sobre la renta de las grandes empresas, con el objetivo de evitar que las utilidades se desvíen hacia países con baja o nula tributación.
El impuesto garantiza que, si una multinacional obtiene ganancias en Uruguay, una parte de esos ingresos quede efectivamente en el país, fortaleciendo la recaudación interna y promoviendo mayor equidad tributaria. Se trata de una medida que ubica a Uruguay dentro de la tendencia global de coordinación fiscal, evitando prácticas de elusión o traslado de beneficios a jurisdicciones con regímenes impositivos más favorables.
Aunque la entrada en vigor del impuesto se producirá dentro de algunos meses, su impacto será significativo. Las multinacionales deberán analizar sus estructuras fiscales con antelación, evaluar ajustes necesarios y prepararse para cumplir con las nuevas obligaciones. En los próximos años es probable que surjan reglamentaciones complementarias y precisiones técnicas, pero el rumbo ya está definido: Uruguay se alinea con un marco internacional que busca mayor justicia y transparencia en la tributación de las grandes corporaciones.
El impuesto mínimo global también genera un efecto indirecto: al establecer un piso mínimo de tributación, se reducen los incentivos para estrategias de planificación fiscal agresiva, contribuyendo a un sistema más equilibrado y previsible. Para el Estado, representa una oportunidad de consolidar la recaudación sin afectar la competitividad de las empresas que realmente operan en el país.
En definitiva, esta medida no solo es un cambio técnico dentro del sistema tributario, sino un paso estratégico hacia la modernización fiscal. Las empresas, los asesores y los contribuyentes deberán anticipar y comprender los alcances del nuevo impuesto, para adaptarse con tiempo a un escenario donde la tributación global adquiere cada vez mayor relevancia